Los propósitos de la Educación.

La educación ha dado un giro de 360º en los últimos cincuenta años. Hemos pasado del temor de ser aporreado con una regla, aguantar con los brazos estirados libros sobre las palmas de las manos durante un buen rato o el miedo a que tu padre o tu madre fuesen a hablar con tu profesor por la bronca que te podían echar al llegar a casa. De eso, hemos pasado a ver risas en las aulas cada vez que entra un profesor, del miedo de los profesores a sufrir insultos, vejaciones, incluso agresiones físicas, o a que cuando los padres acuden a hablar con el tutor estos le reprochen por qué ha suspendido a su hijo o hija, cuando es el propio alumno el que aprueba o suspende. Ahora, los padres premian a sus hijos por aprobar u obtener una nota positiva en un examen o una asignatura comprándoles ropa, aparatos tecnológicos o incluso dejando que se sometan a operaciones estéticas, cuando estudiar es el único deber que tiene un chico o una chica de entre seis y dieciséis años, desde que empieza Educación Primaria Obligatoria (EPO) hasta que termina la Educación Segundaria Obligatoria (ESO). Por eso, los principales propósitos de la educación son terminar unos estudios durante un periodo de tiempo, haber aprendido algo a lo lardo de esos años, y que eso que aprendemos nos sirva con el paso del tiempo. Si no es así, significa que algo ha fallado durante ese proceso de enseñanza. La escuela tiene que aportar aprendizaje valido y útil a todos los que la forman, mediante unos objetivos fijados en cada curso. No nos podemos olvidar de que la Educación es un derecho para TODOS los niños hasta los dieciséis años, sin distinción de sexo, edad, raza, cultura, religión… por eso la escuela junto con los padres o tutores legales son los encargados de formar a los niños tanto dentro como fuera de ella con unos valores que les enriquezcan intelectualmente y les formen como personas.